La legislación actual no favorece el comercio electrónico transfronterizo

El comercio electrónico es cada vez más importante para las empresas europeas, como constatan diversos informes de la Comisión Europea. Sin embargo, aunque el comercio electrónico empieza a despegar a niveles nacionales, no parece suceder lo mismo en lo referente a las operaciones entre países. De hecho, sólo el siete por ciento de consumidores compran en otros países de la Unión Europea.

En este comportamiento influyen varios aspectos, como el idioma, los gastos de envío o la dificultad para recibir servicio postventa. Los consumidores desconocen cómo gestionar devoluciones o los niveles de seguridad en las transacciones, lo cuál conlleva un rechazo a realizar transacciones con empresas fuera de sus estados. Como consecuencia, los vendedores también tienen una mayor dificultad para establecer relaciones de confianza con los compradores de otros países. El desconocimiento de las leyes específica de cada país también es un freno para estas transacciones.

Para evitar estos problemas, Petra Papinniemi sugiere replantear el marco legal que afecta a estas transacciones, si la Unión Europea quiere fomentar el comercio entre consumidores de los distintos miembros de la Unión.  Entre los aspectos a solucionar se encuentra la diversidad de normativas de protección de datos, actualmente con distintos niveles de exigencia en cada uno de los estados de la Unión Europea.

La reducción de las barreras para que las empresas realicen transacciones fuera de sus fronteras, dentro del contexto actual de crisis, permitiría a las empresas explorar fácilmente en nuevos mercados. Mientras tanto, las empresas que realicen ventas en otros países deben ser conscientes de las distintas legislaciones y el impacto que tienen en sus negocios.

Fuente: http://www.silicon.com/retailandleisure/0,3800011842,39419504,00.htm