20 agosto 2008
La creciente confianza del consumidor español en internet se empieza a notar también en el incremento de compras que éste realiza fuera de nuestras fronteras. Un todavía incipiente 6% de internautas que compran habitualmente por internet han elegido tiendas en Europa y EEUU, y en menor medida, Asia y América del Sur para realizar sus pedidos.
Según la Encuesta General de Internet (EGI) el comprador virtual en nuestro país adquiere principalmente productos financieros, viajes y reservas hoteleras, seguido a cierta distancia por libros, tecnología y música. Esta tendencia, a excepción de los productos financieros que son prioritariamente nacionales, es similar cuando el comprador español elije una web extranjera.
Pero, ¿por qué se compran productos en tiendas extranjeras? Básicamente por dos conceptos: precio y novedad.
Un ejemplo en alza son los viajes personalizados, contratados directamente con un touroperador local que ofrece paquetes similares a los ofertados en el país de origen, pero a precios considerablemente más ajustados y diseñados a medida del demandante.
Otra muestra son los productos tecnológicos que se ofrecen en tiendas virtuales de Japón y EEUU con las últimas tendencias o con modelos no comercializados aún en nuestro país.
Sin embargo, estas ventajas no siempre están tan claras. Aunque el comercio electrónico en el estado español tiene una regulación suficientemente garantista como para minimizar problemas y garantizar derechos, el portal CECARM ofrece algunos contenidos al respecto, no ocurre lo mismo en todo el mundo.
Los expertos diferencian hasta cuatro niveles de seguridad según el país de compra. El primero afectaría al territorio nacional, el segundo a Europa, el tercero a EEUU y el cuarto a Asia, África, América del Sur, etc.
El segundo, la Unión Europea, ofrece un grado de protección de los compradores similar al mercado español y además las compras no llevan aranceles asociados, pero para no llevarnos sorpresas debemos saber que cada país aplica sus propias leyes y pueden variar en aspectos como garantías, plazos de devolución, proceso de reclamación, etc.
En el tercer nivel, Estados Unidos, además de las precauciones anteriores, debemos calcular el coste extra que suponen los aranceles, que pueden incrementar sustancialmente el precio final en compras de más de 600 euros. Además en productos tecnológicos pueden surgir incompatibilidades, por ejemplo en móviles, teclados de ordenadores, fuentes de alimentación, etc.
El cuarto nivel, Asia, África y América del Sur, ofrece escasas garantías en las compras virtuales y el proceso de reclamación, devolución o validez de las garantías de un producto depende en gran medida de la buena selección de un proveedor fiable.
En cualquier caso, debemos asegurarnos de recibir la factura o recibo que justifique el concepto de la compra, y que nos servirá como prueba legal ante cualquier problema grave.
A los problemas legales y de seguridad habrá que añadir otros como el precio del transporte hasta el domicilio del cliente y los portes asociados a cualquier reclamación o devolución. La suma de todos estos conceptos nos darán el precio real del producto adquirido.
Estos problemas son mucho menos importantes si de lo que hablamos es de comprar un producto digital, como descarga de música, estudios, informes, software, ..., o si se realizan con empresas con sedes comerciales en nuestro país como operadores de viajes, cadenas de hoteles, empresas de alquiler de coches, etc. En este caso el proceso de compra apenas marca diferencias respecto a una tienda nacional, ya que la transacción se cierra en el momento en que el cliente recibe su producto y las reclamaciones se efectúan todas vía email.
Visto el panorama, la conclusión es clara, tan importante como localizar el ansiado producto es seleccionar la tienda donde realizar la compra. La casi totalidad de los compradores online buscan en blogs, foros y otros sitios de internautas (denominada web social) direcciones y valoraciones sobre las tiendas en cuestión. Una vez seleccionada, es conveniente analizar su web en profundidad conocer su identidad legal, condiciones de pago, devoluciones, reclamaciones, modo de envío, plazos de entrega, etc. y visitar la página de aduanas de nuestro país para calcular el coste que supone nuestra compra. Si aún así su compra sale más ventajosa, adelante y conviértase en un consumidor global gracias a internet.