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El Plan de Contenidos perfecto para tu Comunicación Online

30 noviembre 2017

Un buen plan de contenidos ayuda a cualquier empresa o emprendedor a tener una base sólida sobre la que desarrollar su estrategia de comunicación online

Al fin tienes ese producto o servicio magnífico en el que llevas tanto tiempo trabajando y ha llegado la hora de mostrárselo al planeta. Y automáticamente piensas en las redes sociales como un vehículo fantástico para hacerlo, ¿verdad? "Les va a encantar", te dices a ti mismo. Abres un perfil en Facebook, otro en Twitter, quizá un tercero en LinkedIn o Instagram y te lanzas como loco a publicar con la ilusión rebosando los cuatro costados. Pero nada, no pasa nada. Apenas tienes interacciones y las pocas que se producen son de amigos y familiares. ¿Qué está fallando?

Lo que acabas de leer es el caso típico de alguien que se olvida de lo más importante antes de lanzar su mensaje en redes sociales: trazar un plan de contenidos básico con el que saber qué publicar, cuándo hacerlo y, sobre todo, a quién dirigirlo. Un plan de contenidos para tu comunicación en Internet.

Implementación de un Plan de Contenidos Online

Implementación de un Plan de Contenidos Online

El primer paso, dónde vamos a estar

Nuestro plan de contenidos no puede comenzar sin saber antes dónde vamos a publicar, es decir, en qué redes sociales tenemos que estar, en cuáles podríamos estar, y en cuáles no deberíamos perder ni un segundo. Por ejemplo, una organización corporativa tendría mucho sentido en LinkedIn, pero quizá su presencia en Instagram fuese irrelevante. O tal vez una tienda de ropa necesite estar presente en Facebook, pero no tenga tanto sentido que abra un canal en YouTube.

En definitiva, dependiendo del producto o servicio que queramos comunicar, tendremos que escoger el canal que mejor y más visibilidad nos pueda aportar. Efectivamente, si hasta ahora no habías realizado un análisis DAFO, el momento ha llegado. Volvamos a los pilares del marketing, las cosas han cambiado, pero los cimientos siguen siendo muy parecidos.

Plantea objetivos realistas

Una vez tengamos definido dónde vamos a estar, es importante fijarse pequeñas metas a corto y medio plazo con las que evitar la frustración de grandes, y muchas veces irreales, números. Esto también nos ofrece una buena perspectiva de en qué punto de nuestro camino estamos y cuanto llevamos recorrido.

Los objetivos pueden ser de distinta índole: desde alcanzar un determinado número de fans o seguidores en nuestra página hasta aumentar las ventas en un determinado porcentaje con respecto al periodo anterior.  Como habrás adivinado, en muchas ocasiones habrá objetivos que irán de la mano, y trazar una relación de causalidad entre ellos puede ser el principio de muy buenas noticias. Dale al coco antes de publicar.

¿Cuál es mi público?

Tan importante es saber dónde publicar, como conocer quién está esperando conocer nuestras novedades. Aunque puede que simplemente la red social nos dé una pista clara del tipo de público que nos espera, un vistazo a las estadísticas de cada canal -cada día más completas- nos darán una fotografía exacta de la edad, nacionalidad, sexo, intereses, formación y otras decenas de variantes del perfil al que nos dirigimos. Incluso los gustos que tienen tus seguidores y la competencia preferida de tus fans. Con esta información, podremos desarrollar un lenguaje apropiado para que nuestro mensaje llegue al mayor número posible de audiencia. En definitiva, definir tu público objetivo es una parte vital en toda estrategia de contenidos. Hazlo bien y tendrás gran parte de la batalla ganada.

Por cierto, y antes de pasar al punto siguiente, olvídate de publicar el mismo mensaje en cuatro perfiles a la vez. No funciona y da mala imagen. Sin contar que los hashtags no acaban de cuajar en Facebook cuando vienen automáticamente desde un tweet o que puede cortarse en el momento menos previsto un post cuando lo lanzas a la red del pajarito. No pierdas tiempo con automatizaciones. Échale cariño a la comunicación de tu empresa y ella te lo agradecerá.

Y por fin, el calendario

Una vez que tenemos claro todo lo anterior, ha llegado la hora de publicar. Lo más sencillo y recomendable, sobre todo en tus primeros pasos, es usar un calendario como agenda en el que, al menos con una semana de antelación, tengas claro qué publicar y cuándo hacerlo. Improvisar no está prohibido, pero tenerlo como costumbre es el primer paso del camino al fracaso. La improvisación es el enemigo número 1 de la planificación.

Una buena idea, si tenemos ya una base de fans detrás, es saber a qué hora está conectado el mayor número de ellos, para realizar nuestras publicaciones en el momento óptimo. De nuevo, un viaje a las estadísticas nos dará la respuesta a esto. Si comenzamos completamente de cero, un consejo: prueba mucho y no tomes nada por sentado. Evalúa y modifica si es necesario. Ya no existen las verdades supremas. Como decían en la tele hace cientos de años: busca, compara y si encuentras un momento del día mejor, cambia de estrategia.

Al igual que el momento clave para lanzar una actualización, similar rutina se debe seguir en cuanto a la frecuencia de publicaciones. Un tuit caduca mucho más rápido que una publicación en Facebook, por lo que es lógico que se publique más. Igualmente, si tu negocio es una tienda online de accesorios de esquí, deberías publicar más a menudo en periodos concretos -rebajas, navidades- que en los meses de verano. No hay una respuesta correcta al número de publicaciones diarias o semanales, salvo lo que dicten el sentido común y los datos tangibles.

Además de lo importante que es tener calendarizados todos estos conceptos, también lo es que intenten ser originales, variando el tipo de publicaciones -vídeos, enlaces o imágenes- buscando sorprender y provocar emociones en nuestros fans. Recuerda que las personas que acceden a una red social lo hacen a divertirse y a desconectar de la rutina diaria, no a ver tu publicidad. Ser demasiado directo o repetitivo suele ser el primer paso para que dejen de seguirte.

Monitoriza. Mucho

Para terminar, de nada servirá lo anterior sin un trabajo de monitorización a posteriori. Y aquí las plataformas de estadísticas, tanto propias como externas, son de gran ayuda. Monitorizar todas nuestras acciones quizá no entre dentro de lo que se espera a la hora de planificar contenido, pero es sencillamente esencial. Saber de primera mano que publicaciones han funcionado mejor, cuales han tenido más o menos visitas, cuantas reproducciones ha tenido un vídeo o respuestas una encuesta, nos dará una información vital de cara a mejorar y pulir el siguiente plan de contenidos.

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